El término de eficiencia energética cada vez suena con más fuerza y la verdad es que no es para menos. De hecho, las construcciones sostenibles van ganando terreno y no es para menos, ya que entre sus ventajas está la reducción de hasta el 70% del consumo de energía y que, además, revalorizan el inmueble hasta un 20%.

A España aún le queda un largo camino por recorrer, ya encuentran a la cola del ranking europeo, pero ciudades como Madrid y Barcelona ya se están poniendo las pilas en este sentido.

Las ciudades más sostenibles son Zúrich, Estocolmo, Hamburgo, Frankfurt, Londres, Copenhague, Ámsterdam o Viena y España va a tener que esforzarse mucho para cumplir el Protocolo de Kioto y la Directiva 2012/27/UE, que establecen que todos los países de la UE deben conseguir un consumo energético casi nulo en sus edificaciones a partir del 31 de diciembre de 2020.

Podemos decir que el clima y la obsolescencia de las viviendas españolas son las dos grandes causas que pueden explican el gran consumo o el derroche energético y las altas emisiones, ya que las casas no están preparadas para un sistema de control energético eficiente.

La eficiencia energética depende de elementos que van desde el diseño del edificio y los materiales empleados hasta el aprovechamiento de los recursos naturales como la luz solar, viento o calor del suelo. A rasgos generales, la inversión inicial necesaria para convertir una casa en sostenible podría situarse entre los 20.000 y 40.000€, y en un plazo de 10 años estaría amortizado.