Si vas a vender o alquilar un inmueble, sabrás que estás obligado a realizar la certificación energética. Ésta, está condicionada por la calidad de los cerramientos interiores del inmuebles y que delimitan los espacios habitables con aquellos que no lo son y que se entran en contacto con el exterior, ofreciendo un control térmico y acústico.

A la hora de establecer la certificación, todos estos aspectos influyen decisivamente en la calificación energética del inmueble. Así, por ejemplo, si quieres conseguir el máximo confort en los espacios, deberás optar por ventanas de aluminio o PVC con rotura de puente térmico, que las harán más resistente al paso del flujo del calor entre el exterior y el interior de los espacios habitables.

De este modo, mientras mayor sea el grado de aislamiento térmico y acústico de un edificio, más eficiente energéticamente será, ya que se necesitará un consumo de energía menor para acondicionar los espacios interiores, consiguiendo del mismo modo un ahorro en la factura eléctrica.

Por su parte, los cerramientos de baja calidad pueden llegar a producir infiltraciones, lo que se traduce en hasta un 30% de pérdidas de calor del inmueble. Por ello, el aislamiento térmico será de peor calidad y la calificación del certificado de eficiencia energética será más baja.

Esto quiere decir que, cuanta más calidad tengan las ventanas y mayor sea el aislamiento térmico, mejor será la clasificación del certificado y mayor será el ahorro de energía que conseguirás.